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domingo, septiembre 22, 2013

Rio Jarama

Este rio lo pesque por primera y única vez el día 2 de mayo del año 2002 y si me recuerdo tan bien de la fecha es por que el bolo fue clamoroso, no vi volar nada y ver no se vio ni un mísero barbo. Como prodréis comprender mi fe en este escenario no era precisamente la mas predispuesta para aventurar que tendríamos un buen día de pesca.

Aquí Mario fue taxativo, "Paco no me extraña que no tuvieras éxito cuanto fuiste al Jarama, la época no era la mas propicia, ten en cuenta que es un río tardío y hasta junio no empieza a despertarse, ya veras realmente vas a disfrutar, hemos cogido el momento ideal para este río".

Con esta promesa de redención sobre mi maltrecha fe en el Jarama, no encaminos, un soleado sábado de junio, a recorrer las riberas de este precioso rio encajonado entre montañas de pizarra y granito.






El rio bajaba perfecto con un agua cristalina y con un caudal en su justa medida que permitia el andar por el sin poner en peligro la integridad tanto física como moral del pescador ante una caida inesperada y mas yendo acompañado con el peligro que ello supone de ser fotografiado y ver que, su humedo trance con la carita que a todos se nos queda, es compartido a todo el mundo via internet, sin contar con las risas y el cachondeito consiguiente, eso si, despues de haberte ayudado, diligentemente, a levantarte y recomponer tu maltrecha dignidad :-)



Nada mas apostarnos en su orilla, vimos a unos enormes barbos que estaban, en un remanso, sesteando después de haber remontado desde el pantano que hay mas abajo ya que nos encontramos en plenas nupcias barbiles. Que duda cabe que, ante el tamaño de los bigotudos, intentamos tentarles con nuestras moscas pero, ni por arriba ni arrastrando pesadas ninfas por el fondo pedregoso conseguimos interesar a esos poderosos peces.



Visto que el día no iba de barbos y ya mas calmados, fuimos a lo que mas nos gusta; tentar a maese trucha.




Y acontenció que el día fue tal como Mario nos relató, las capturas de truchas, aunque de tamaño contenido, con una librea magnifica no pararon de efectuarse en todo la jornada, unas veces a seca a un tricóptero de pelo de ciervo otras a la ninfa que acompañaba al tándem con el pescaba. Sinceramente ya no me acuerdo de cuantas fueron, eso, realmente es lo de menos, lo que si me quedo grabado en la memoria es que el Jarama es un río lleno de vida con unas truchas magnificas y que, a pesar de que en este día fueron generosas y dieron la cara, son francamente difíciles de engañar.



Gracias Mario por devolverme la fe en este rio

Rio Dulce

Se abre la temporada, después de un largo invierno velando las cañas y montando moscas como un poseso, por fin ha llegado el momento de volver

El camino hasta el río fue una animada charla con Mario y Paco rememorando anécdotas de la pasada temporada así como comentarios sobre nuevos montajes, en suma se podía palpar la ansiedad en el ambiente para llegar por fin al destino y empezar a remojar nuestras moscas.



El Dulce nos espera con su mejor cara este domingo de abril con un día soleado, nos apresuramos a montar las cañas y nos lanzamos con ellas en ristre a la busca de la primera captura de la temporada.




La mañana fue bastante generosa, aunque al principio costo que el río diera su brazo a torcer, finalmente fue dando nos sus pequeñas, aunque luchadoras, truchas. Todas ellas fueron cayendo atraídas por una ninfa de oreja de liebre y cola de faisán con cabeza dorada del 14 puesta en tándem con una Royal que hacia de indicador.

Tras un agradable paréntesis donde compartimos la comida que cada uno trajimos y donde nos fuimos comentando los diferentes lances que cada uno tuvo en su jornada matutina particular, decidimos probar suerte río arriba.



La tarde empezó con las mismas perspectivas que la mañana aunque ya se empezó a ver algún que otro tricóptero  sobrevolando las aguas del río, no obstante la actividad de las truchas en superficie seguía siendo nula, todo ello aderezado por un viento molesto que de tanto en vez soplaba y hacia que los lances fueran difíciles de ejecutar. A pesar de todo Mario, con una fe inquebrantable, puso al final de su bajo un tricóptero que le permitió, no sin grandes dosis de insistencia, conseguir las únicas capturas a seca de la jornada.




El río Dulce, ya nos es lo que en tiempos fue, no obstante generalmente se muestra generoso y aunque sus truchas son pequeñas, que lejos quedan aquellas truchas quileras que hacían de este río uno de los destinos mas buscados por los mosqueros, no dejan de ser un regalo que el río te da a poco que lo sepas escuchar.


En resumen un gran día en agradable compañía con Mario y Paco.

viernes, marzo 29, 2013

Rio Tormes


"Chicos, menos de un 14 no me atrevería a poner como bajo en este coto... Los pepinos que tiene en su interior son de impresión y yo no me la juego ya que puedes perder el truchón de tu vida como no estés bien preparado". De esta manera nos iba poniendo Paco en antecedentes sobre lo que nos podíamos encontrar en esta parte del Tormes.




En verdad, tengo que reconocer, las ganas que tenía de conocer este río tanto por sus truchas, famosas por su librea tan especial, como por la fisonomía del propio escenario, un río de llanura anchísimo y que, a priori, representaba para mi el reto de iniciarme en esta clase de escenarios teniendo en cuenta que mis experiencias se centraban en ríos no mas anchos de 15 o 20 metros. De echo tantas ganas e incertidumbre tenía que, por primera vez en bastantes años, deje mi caña de toda la vida (una 8,4 pies linea 3) a un lado para estrenar una larguísima, para mi, caña de 10 pies línea 4 que me regalaron unas Navidades y hasta ese día aun no había estrenado.



Y llego el gran día, el Tormes nos estaba esperando perfecto de agua y con unos tricopteros volando que hacían que alguna que otra cebada se viera en la inmensidad de este río. Ante tamaña visión, como bien podéis colegir, el ponernos los waters, montar las cañas y salir para el río fue realizado en un abrir y cerrar de ojos.



No hubo mucho que esperar para que Mario cogiera la primera señora del Tormes, aunque no pudo hacerse la foto de rigor ya que al llevarla a la mano esta finalmente se soltó. A partir de ahí el río paro en su actividad y empezamos a pescar al agua en posturas claras y muy sugerentes teniendo en mas de un momento ataques a nuestras secas pero que no se concretaban en nada ya que rechazaban en el ultimo suspiro, así pasamos toda la mañana contabilizando una serie enorme de rechazos y eso que les pasamos a las truchas casi todo nuestro arsenal pero estaba visto que, aunque en principio les llamaba la atención y hacían la intención de entrar, no conseguimos dar con la mosca adecuada.



Tras el paréntesis de la comida volvimos con ansias renovadas esperando ver el tan esperado baile de las señoritas de Tormes en busca de esa emergencia que ha hecho tan famoso a este río, tras esperar infructuosamente que esto se produjera empezamos a buscarlas por abajo y después de mucho bregar y repasar posturas tentadoras finalmente pudimos coger y fotografiar a otra de las truchas de este río.



En resumen, a pesar que el resultado fue parco en capturas, dos entre cuatro pescadores que estábamos allí, las sensaciones que nos dejo a todos el Tormes es la de un río con un potencial enorme y que, si aciertas con el día que sus truchas están por la labor, puedes tener la jornada de tu vida pescando a seca.

Rio Ucero


El Ucero esta dentro del selecto grupo de los ríos míticos, donde sus truchas tienen merecida fama en cuanto a porte y capacidad de lucha.



Aun recuerdo la primera vez que pesque este río y puedo afirmar, sin exagerar un ápice, que ese día saque mas centimetros de trucha que todo lo que había sacado hasta entonces en esa temporada, fue un día glorioso, espectacular y no porque sacara una cantidad exorbitada de truchas, debo decir que ese día ensalabre solo 4 truchas eso si la menor de ellas midió 43 centímetros y la mas grande 68.



Como podréis comprender cada vez que me acerco a este río las expectativas que manejo siempre son muy altas y generalmente no me suele defraudar, aunque en menor cuantía que la vez que os he relatado anteriormente, siempre es un río que me ha dado muy buenas jornadas.



Una vez que nos tomamos el café matutino en San Agustin de Guadalix con Mario y Paco, enfilamos la carretera para llegar a Burgos de Osma donde nos esperaban Javier y Luis, dos grandes mosqueros de Soria, para desde allí irnos juntos hasta el coto.

Mientras iban cayendo los quilómetros la conversación no dejaba de ir recurrentemente al día anterior donde unas tormentas habían descargado por la zona del Ucero lo que, como podréis colegir, no presagiaba nada bueno, no obstante, Paco, en un alarde de optimismo, nos decía: "tranquilos que seguro que esas tormentas no han afectado al río".


Desgraciadamente lo que todos nos temíamos se cumplió y el Ucero nos esperaba con sus aguas absolutamente tomadas.


Varios juramentos en arameo después y un sin fin  de elucubraciones si existía la posibilidad que el río volviera a tener las aguas claras, nos lanzamos todos al río en busca de sus pintonas.



Durante esa jornada volaron efímeras oliva, grandes ecdionuridos (los famosos tirurirus) algún tricóptero y hasta algún pérlido de los grandes. 




Pues bien, a pesar de toda esa exuberancia entomológica, las señoras truchas del Ucero no tuvieron a bien el ponerse a comer ante tamaño festín, como podreis comprobar en la foto de más abajo los unicos que ese dia se cebaron fueron los Pescadores :-)



Todas las truchas sacadas fueron a ninfa (en una de las fotos podéis ver el porte de una de ellas que fue sacada por Mario).



Por mi parte me lleve un sonoro bolo, de hecho el único de los cinco en no tocar escama en todo el día, mi primer bolo en este magnifico río.



Lo mejor del día fue, sin duda el conocer a dos magníficos mosqueros y personas como son Javier y Luis, y compartir, una vez mas, un extraordinario día de pesca con mis compañeros de fatigas Mario y Paco.